Dulce trabajo en equipo: procesamiento de la semilla de remolacha azucarera
"La semilla de remolacha azucarera es un organismo inteligente, un extraordinario logro de la naturaleza". Como especialista en cultivos de campo de Seed Processing Holland, Willem van Dok sabe un par de cosas sobre el viaje de las semillas.
Aunque la construcción de la semilla de remolacha azucarera es impresionante, nos dice, no es impecable. "Las semillas necesitan cierta ayuda para germinar y convertirse en nuevas plantas".
La naturaleza juega su papel
Con un alto contenido en sacarosa, la raíz de la remolacha azucarera es un ingrediente crucial en la producción de alimentos y piensos. Y su semilla es el motor de la planta. El embrión está encerrado en una cáscara rugosa, y la germinación se inicia tras el contacto con el agua y el oxígeno.
Pero la naturaleza diseñó las plántulas de remolacha azucarera para que dieran una sorpresa. Las semillas, en general, son desiguales en forma y tamaño, pero las de remolacha azucarera son especialmente irregulares. Algunas están vacías, mientras que otras están cargadas de tanto corcho que no pueden germinar.
Las semillas de remolacha azucarera de calidad deben satisfacer un porcentaje mínimo de germinación de 95%. "El secreto está en eliminar la mayor parte posible del pericarpio sin dañar la semilla", dice van Dok.
La ingeniería desempeña su papel
El resto del proceso se basa en ingeniería de precisión. La semilla se prepara sumergiéndola en agua mediante sistemas de pesaje precisos. Esta fase de pregerminación elimina las hormonas que dificultan el crecimiento y activa el embrión desde su estado de latencia.
A continuación, las semillas están listas para el granulado. La mezcla arcillosa de agua, cola y polvos da a las semillas una forma y un tamaño homogéneos, normalmente entre 3,5 mm y 4,0 mm.
Otro paso crítico es el secado, que, según van Dok, suele provocar un cuello de botella en el procesado. Mientras que la absorción de agua se hace en minutos, la liberación de humedad tarda varias horas y debe realizarse en secuencias reguladas. Por último, las semillas granuladas se recubren con una capa de productos fitosanitarios (PPP).
La germinación de la semilla de remolacha azucarera es un ejercicio de colaboración entre la naturaleza y la tecnología. Desde la limpieza fina hasta el envasado final, las semillas se preparan cuidadosamente en gránulos uniformes que garantizan una tasa de éxito de crecimiento constante.
"La semilla de remolacha azucarera parece un objeto tosco, pero en realidad es un organismo delicado", observa van Dok. "El ciclo natural y la ingeniería de alta tecnología se cruzan para dar a la semilla la mejor oportunidad de brotar".
Casos de clientes
En nuestros más de 55 años de existencia, hemos tenido la oportunidad de realizar numerosos proyectos para nuestros clientes de todo el mundo. Desde máquinas autónomas hasta nuevas líneas de procesamiento de semillas. Para que estos proyectos sean un éxito, hemos colaborado estrechamente para hacer realidad la solución deseada que se adapta perfectamente al espacio disponible.