El granulado es una técnica de transformación de semillas que consiste en recubrirlas con una capa uniforme para mejorar sus propiedades físicas. Al mejorar el tamaño, la forma y el peso de las semillas, el granulado garantiza su optimización para los sistemas de siembra mecánica, que requieren una distribución precisa y uniforme de las semillas. Este proceso es especialmente beneficioso para semillas pequeñas o de forma irregular, como las de lechuga, zanahoria o cebolla.

Los métodos avanzados de peletización utilizan aglutinantes y cargas de alta calidad para crear un recubrimiento protector que no comprometa la viabilidad de las semillas. Estos recubrimientos también pueden incluir aditivos como nutrientes o agentes protectores para favorecer el crecimiento en las primeras etapas y proteger contra los factores de estrés ambiental. El granulado uniforme garantiza que las semillas fluyan sin problemas a través del equipo de siembra, minimizando el riesgo de atascos o de siembra desigual.

Las innovadoras tecnologías de granulado incorporan la automatización para lograr un alto rendimiento y uniformidad. Los operadores pueden ajustar el grosor del recubrimiento para satisfacer las necesidades específicas de cada tipo de semilla, garantizando soluciones a medida para diversas aplicaciones agrícolas. Las semillas granuladas son más fáciles de manipular, transportar y almacenar, lo que reduce aún más los costes para productores y agricultores.

Al aumentar la precisión de la siembra y mejorar la emergencia del campo, el granulado se ha convertido en un proceso indispensable en la agricultura moderna. Permite aumentar la eficiencia de la siembra, mejorar la uniformidad de los cultivos y aumentar los rendimientos, satisfaciendo las demandas de las operaciones agrícolas a gran escala y de la agricultura de precisión.